viernes, 9 de marzo de 2018

Viena

Hola, hoy voy a hablaros de Viena, una de las ciudades más bonitas y con más encanto de Europa.

La capital de Austria es una ciudad con muchos edificios históricos, situada a orillas del río Danubio y que cuenta con una gran variedad de lugares que visitar. 

Lo más recomendable es comenzar vuestra visita por la Catedral de San Esteban, ya que se encuentra en pleno corazón de la ciudad y es una de las principales atracciones turísticas de Viena. Algunos de los puntos más interesantes de la catedral son: la Campana Pummerin, el púlpito de Pilgram, las catacumbas y la imagen de Cristo Crucificado.

La catedral es un buen punto de partida ya que, en las cercanías se encuentran una gran cantidad de monumentos y lugares para visitar, además de restaurantes y cafeterías.


Catedral de San Esteban de Viena

Interior de la catedral

A pocos pasos de la catedral, encontraréis la Ópera de Viena, que es sin duda la más conocida del mundo. El edificio fue inaugurado en 1869 y curiosamente fue una decepción para los vieneses porque esperaban algo más de él, pero tengo que decir que en mi opinión es realmente espectacular.

Para visitar la Ópera de Viena hay que hacerlo necesariamente formando parte de las visitas guiadas organizadas ya que no se puede hacer de manera individual. Si os animáis a entrar, merece mucho la pena. 


La Ópera de Viena
Su magnífico interior


Es muy recomendable también visitar cualquiera de los impresionantes palacios vieneses, como el Palacio de Hofburg, residencia de la familia Habsburgo durante más de 600 años, y donde vivió la famosa emperatriz Sissi, que cuenta con un museo en el Palacio dedicado a ella. El Palacio Schönbrunn, residencia de verano de la familia imperial y llamado el Versailles vienés por sus fabulosos jardines o el Palacio Belvedere, que son dos palacios unidos por un enorme jardín de estilo francés.


Palacio de Hofburg
Schönbrunn, el Versailles vienés


Y como última recomendación, y para relajarnos un poco después de tanto monumento, lo mejor es pasar una tarde disfrutando del ambiente en el Prater, que es el parque de atracciones más antiguo del mundo con una noria gigante que lleva funcionando desde 1897 y que ha salido en muchísimas películas, la más famosa de ellas El tercer hombre, de 1949.


Noria del Prater

Para recuperar fuerzas, nada mejor que acudir a alguna taberna a probar uno de los platos más típicos de Viena: el Wiener Schnitzel, que es un escalope de ternera enorme con ensalada y patatas. Y si os apetece algo más dulce, no dejéis de probar la famosa tarta Sacher, originaria del Hotel Sacher de Viena, sin duda una auténtica delicia si os gusta el chocolate.  


Wiener Schnitzel: el cachopo vienés 


Tarta Sacher: deliciosa

Y hasta aquí nuestra parada en Viena, nos vemos en la siguiente!

3 comentarios:

  1. Viena, una ciudad monumental. Increible sus palacios y jardines, subir a la noria del Prater y tomar un pedazo de tarta de chocolate en el Hotel Sacher (del que toma su nombre la tarta...)
    ¡Genial! Qué tiempos aquellos... ;-P

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  2. Muy interesante tus comentarios del viaje . Esperó hacerle pronto

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